La presencia e impacto de los irlandeses en América Latina se remonta a la época de dominio español, cuando en distintos periodos históricos estos migraron a la Península Ibérica y de allí pasaron al continente americano viniendo enrolados en las compañías de colonización, comercio, ejército y administración.
En el Archivo de Indias encontramos para el caso de Nueva Granada sujetos de apellidos castellanos pero que figuran como irlandeses, los casos de Simón Ruiz y Guillermo León, y otro con apellidos castellanizados como Juan de la Espada. Además hallamos otros individuos que participaron en la administración como: Stephen Bodquin (tesorero en Santa Marta), Miguel Nagle (alcalde de Buga), Patricio Warnes (comerciante en Cartagena) y familias avecindadas como los esposos Cornelio y María Neil. A su vez, observamos mujeres como Beatriz O'Donnell, hija del irlandés Joseph O'Donnell e Isabel Bolton, esposa del virrey Carrion e hija de Enrique Bolton y María Sutton, oriundos de Wexford.
Un episodio donde este grupo tuvo una impronta especial fue en la colonización del Darién (Golfo de Urabá) de 1788. En este lugar se establecieron 64 familias y 50 individuos solteros provenientes de Norteamérica, a los que se les sumaron familias del interior. De estas familias 28 eran de origen irlandés lo que muestra su importancia numérica y valoración como grupo social emergente dentro del mundo hispánico.
No cabe duda que su mayor concentración y aportes al país se produjo durante las campañas de emancipación. Basta observar la lista elaborada por el investigador Matthew Brown para entender su importancia e impacto, pues de alrededor de 6.808 europeos, los irlandeses representaban el 48%, hablamos de más de 3.000 irlandeses que lucharon para dar libertad a Colombia.
Estos habrían venido enrolados en la Legión Irlandesa, donde fueron famosos oficiales como: Casey, Devereux, Egan, Ferguson, Foley, Lanagan, Rooke, Larkin, McCarthy, Murphy, O’Leary, O’Connell, O’Connor y Sanders. Pero también integraron la Legión Británica, los batallones Albión, Carabobo y Rifles, el regimientos de caballería Húsares y en general, vinieron dispersos en distintas unidades de los ejércitos bolivarianos. Por ejemplo, en el Rifles, destacado por su valor y entrega en combate, la mayor parte de la oficialidad fue irlandesa: Ferguson, Frin, MacGuire, O'Reilly, Sandes y Trim, entre otros.
Una vez culminadas las guerras de Independencia una buena porción de estos se habrían quedado para formar parte del ejército colombiano. Otros en cambio habrían abandonado la vida militar para integrarse en la sociedad como empresarios, comerciantes, músicos, médicos, poetas, mineros y colonos.
Son destacados los casos de viajeros como Joseph Brown y William Duane, quienes dejaron en sus memorias impresiones sobre el paisaje humano, cultural y geográfico colombiano. Empresarios como Federico O'Byrne fundador de empresas agrícolas en el Cauca. Diego Davison, de Dublín, empresario de la sal, que en 1855 obtuvo 3 patentes de invención y los hermanos Eduardo y Paul Nicholls Hughes, fundadores de una compañía cervecera en 1858 en Antioquia.
Ellos se integraron plenamente en las sociedades receptoras, siendo una parte muy importante de ellas: médicos como Lucius Davoren, Thomas Fallon, Jorge Williamson Troop, Guillermo McEwen, Hugo Blair y William Porter Smith; comerciantes como Juan Conquet, John Farrell, James Duncan y Enrique Higgins; y mineros como los Davis, Fizgerald, Glullans, Kenedy y Nicholls.
Igualmente encontramos hombres de letras entre poetas e intelectuales que descendían de irlandeses, los casos de José Joaquín Ortiz, nieto de Pedro Nagle, nacido en Waterford; el profesor Gabriel Didimedom Hall, hijo de la irlandesa Anna Hall; Diego Fallon, hijo del naturalista Thomas Fallon, precisamente uno de los pueblos de Tolima se llama “Falan” en honor a su apellido, y Rafael Pombo, nieto de Beatriz O'Donnell, pariente del héroe nacional irlandés Hugh Roe O´Donnell.
La presencia huellas e impacto de los irlandeses en Antioquia
En cuanto a la región antioqueña tenemos que su relación con los irlandeses fue distinta a la del resto del país, especialmente, porque este territorio no fue escenario de las grandes batallas que se libraron por la emancipación. El único enfrentamiento importante en suelo antioqueño en el que estos participaron fue en la batalla de
El Santuario de 1829. Esta ocurrió cuando Bolívar movilizó una división del ejército bajo las órdenes del general irlandés Daniel O'Leary. Su propósito era apaciguar la rebelión del antioqueño José María Córdova. Esta compañía estaba compuesta por 4 secciones comandadas por el italiano Castelli, el alemán Lutzow, el inglés Crofton y el también irlandeses Guillermo Fergusson. Fue precisamente O'Leary, quien dio captura al general Córdova y uno de sus subalternos, Rupert Hand, también irlandés, quien hirió de muerte al héroe antioqueño. En esta batalla además de participar los comandantes O'Leary y Fergusson, fueron condecorados los oficiales irlandeses Hand, O´Caw y Murray.
El Santuario de 1829. Esta ocurrió cuando Bolívar movilizó una división del ejército bajo las órdenes del general irlandés Daniel O'Leary. Su propósito era apaciguar la rebelión del antioqueño José María Córdova. Esta compañía estaba compuesta por 4 secciones comandadas por el italiano Castelli, el alemán Lutzow, el inglés Crofton y el también irlandeses Guillermo Fergusson. Fue precisamente O'Leary, quien dio captura al general Córdova y uno de sus subalternos, Rupert Hand, también irlandés, quien hirió de muerte al héroe antioqueño. En esta batalla además de participar los comandantes O'Leary y Fergusson, fueron condecorados los oficiales irlandeses Hand, O´Caw y Murray.
Por episodios como este, los irlandeses no fueron bien vistos en la región, sin embargo, la situación cambió conforme fueron llegando individuos de este origen que formaron familias, empresas y aportaron a la sociedad antioqueña en sectores como la medicina, música e ingeniería. Médicos como Hugo Blair Brown, nacido en Donegal; Jorge Williamson Troop, de Dublín, contratado en las minas de Marmato y radicado en Rionegro y el irlandés Fergusson que ejercía esta profesión en Medellín.
Sin duda, el sector económico en que más participaron los irlandeses fue la minería: ellos formaron pequeñas colonias mineras al norte y sur de Antioquia. A mediados del siglo, el minero inglés Tyrell Moore, presentó al Estado Soberano de Antioquia un proyecto para colonizar con 200 familias irlandesas el norte y bajo cauca, intención que al parecer contó con la desaprobación local y sumado a otros problemas logísticos imposibilitaron su materialización. Sin embargo, aunque no en las proporciones esperadas por Moore, en este entorno encontramos muy presente el elemento irlandés, especialmente, en Santa Rosa, población donde se radicaron los mineros Juan Kennedy, Ricardo Glullans y la dama Carolina Tracy, quien vino con otra joven irlandesa de la que no tenemos mayores datos.
Pero la colonia minera más numerosa se estableció en el sur, en poblaciones como Marmato y Supía. Entre los centenares de mineros británicos, franceses, alemanes y suecos que por allí circularon encontramos algunos irlandeses como Eduardo MacAllister, Joseph Raphson, Nicolas Fitzgerald, Juan O'Byrne, David Davis y los Nicholls.
Relacionados con el occidente antioqueño también encontramos irlandeses como Martin Nuget, ingeniero civil que elaboró una carta geográfica de Urabá en 1846 y Edward Cullen, médico miembro de la Real Sociedad Geográfica de Londres, encargado de levantar los planos del proyecto del canal transoceánico.
En el noroccidente vemos algunos irlandeses vinculados a la construcción del ferrocarril de Antioquia, empresa que desde sus inicios contó con técnicos, operarios y obreros inmigrantes, la mayoría estadounidenses, pues Francisco Cisneros, su director, era de esta nacionalidad. Entre ellos identificamos las raíces irlandesas de ingenieros como James Doyle, John Stack, los hermanos John y Jeremias Dorgan, George Butler y John Daugherty.
Otros irlandeses presentes en Antioquia en aquella época fueron: Juan O'Brien, Víctor Cork, David Davison y otros que portaban apellidos como O'Byrne, O´Donnel, O'Sullivan y Tracy, estos últimos extintos por haber sido trasmitidos por vías maternas. Lo que evidencia la presencia de mujeres inmigrantes como: Cecilia O´Donnel, Carolina Tracy y Marie O'Sullivan.
Además esta inmigración ha sido resaltada en decenas de obras literarias y académicas, siendo las más importantes: Sangre irlandesa en Antioquia, de Aquiles Echeverri, descendiente de irlandés; Los místeres de las minas, de Álvaro Gartner y El Santuario: Historia global de una batalla, de Matthew Brown. Por todo lo anterior es evidente que la inmigración irlandesa no ha sido ajena entre nosotros y su presencia, huellas e impacto también constituyen una parte importante de nuestro pasado y patrimonio histórico y cultural.
Autor: John Alejandro Ricaurte. "La presencia, huellas e impacto de los irlandeses en Antioquia". Discurso pronunciado en el marco de la exposición "The Irish in Latin America" que se celebró el 30 de septiembre del 2019 en Medellín.
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