Antioquia un lugar maravilloso

Antioquia, tierra mágica y generosa ubicada estratégicamente en la esquina nor-occidental suramericana, llena de historias asombrosas y gente admirable.

viernes, 10 de abril de 2020

8 escritores críticos de Bolívar y la Leyenda Negra


"Error non corrigitur per errorem"
 
                                                proverbio latino 

La verdad histórica es como un afluente caudaloso que, pese a que en algún momento puede ser drenado, encaminado o acanalado, tarde o temprano reclamará su cause natural y volverá a sus orígenes llevándose todo a su paso.

El problema de abordar la historia como posibilidad netamente fáctica, sin atender a la subjetividad o la memoria, que es selectiva e imperfecta; pero también, la limitación de los sentidos, la complejidad de la psiquis humana, sumado a la influencia de otros asuntos como el poder, autoridad y dominio hacen difícil dotar a la historia de un sentido pleno de autenticidad: la historia como relato, mito o ficción. 

Sin embargo, existe una historia profunda, alejada del fanatismo e ideología; que es crítica y persigue ecuanimidad; que yace en la memoria colectiva o en la periferia del discurso y escritura hegemónica. Me refiero a un relato de naturaleza arquetípica pues duerme, es silenciado y vuelto invisible, sin embargo nunca muere: pese a que es ocultado por la narrativa oficial, de vez en cuando despierta, inspira y es revelador. 

Aquí la cuestión es la artificialidad del discurso, la posibilidad de reconocer lo bueno de lo malo, la falacias que se demuestran por la acción del tiempo, que absuelve o condena, por el sentido común y la experiencia vivida. 

Una de las falacias demostradas es la promesa de progreso que un día hicieron los prohombres de la patria y, que sin embargo, como no se puede ocultar el sol con las manos, fue el causante de todos los males de nuestros pueblos hispanoamericanos.  

Se instaló un discurso de dominio que prometió valores idealizados: “libertad”, “democracia”, “igualdad”, derechos”, “orden” y “progreso”, pero que en la práctica solo trajeron periodos de inestabilidad política, caos, guerras, violencia, hambre y ruina a unos territorios ricos y productivos, privilegiados en recursos medioambientales, agroforestales, del subsuelo, hídricos, fáunicos y pecuarios; siendo en particular su más valioso recurso el humano, pues el hombre hispanoamericano es en esencia creativo, afectivo, expresivo, alegre, trabajador, resiliente, digno y esperanzador.

En este sentido, es necesario primero conocer la verdad histórica y separarla del meta-relato ideológico y dominante de las doctrinas sofistas, que se derrumban fácilmente por el peso de los hechos y resultados. Después de este ejercicio se pueden ubicar las causas y orígenes de nuestros males, para así poder tomar decisiones, retroalimentarnos y conocer lo negativo para encausarlo en un factor de cambio.

Al norte de Suramérica los territorios “libertados” por Bolívar son espacios carentes de una visión crítica y a su vez constructiva de su propia historia. Eso explica que sean pocos quienes a partir del análisis de los relatos hegemónicos, las contradicciones del discurso y la futilidad de los mitos fundacionales creados a partir del proceso de Independencia (creación del Estado-nación) centren, precisamente, los orígenes de todos los males en esta época convulsionada de nuestra la historia.

Son voces disonantes entre historiadores, filósofos y ensayistas que nos advirtieron del pasado y nos brindaron la posibilidad de reconciliación con nuestra historia. Aportaron otra versión de Bolívar y sobre el periodo de dominio español en América, en el tránsito entre el Antiguo Régimen y la Modernidad.