Taita es una palabra empleada por indígenas y campesinos en distintas zonas
de Antioquia para referirse al padre de familia. La
voz taita en relación al padre, se encuentra
extendida por toda América, algunos han afirmado que proviene del quechua, pero
lo cierto es que esta palabra se puede observar en varios pueblos indígenas, como
por ejemplo los guaraní, quienes de igual forma se refieren a “taita” para
decir “padre” o el pueblo “Ingade Aponte”, ubicado en el departamento
colombiano de Nariño en referencia a padre originario y protector. Así mismo
encontramos la voz taita en Colombia, Méjico, Venezuela, Perú, Chile y
Argentina que es empleada por indígenas y mestizos entre otros para referirse
al padre o progenitor.
En la macro zona
geográfica de Antioquia, Chocó y Darién encontramos una curiosa descripción realizada
por los ibéricos en referencia al río Arquía llamado anteriormente el rio taita, un pueblo indígena llamado taitaes y un camino llamado el camino de aita.
Esto sucedió a finales
del siglo XVII cuando los europeos llevaron a cabo una serie de campañas con el
objeto de “pacificar” (exterminar) a los indígenas del occidente de Antioquia,
Chocó y Darién.
Las campañas
estaban lideradas por Juan Bueso de Valdés, alcalde ordinario de Antioquia,
juez auxiliador y superintendente de las pacificaciones y misiones
eclesiásticas. Sus motivos eran contrarrestar el peligro de piratas ingleses y
franceses que circulaban por el Atrato, pero sobre todo, “pacificar” a los
indios rebeldes, que comerciaban con potencias extranjeras y no cedían el
control de sus tierras a sus majestades el rey español y la iglesia católica.
La primera de
estas campañas estaba conformada por 2 religiosos, 20 soldados y 30 indios
cargueros, las siguientes aumentaron en número e incursiones, extendiéndose por
varios años y en el número de soldados, alrededor de 1800 hombres.
En la campaña
lanzada en 1684 para rescatar a un grupo de españoles y sus esclavos que habían
sido sitiados por los indígenas rebeldes, se puso en evidencia la existencia de
3 caminos por medio de los cuales se podría penetrar el territorio referido y
sorprender a los habitantes originarios de estas tierras. Eran éstos el camino de
Aytá, el de Ervitá y el de Urrao. En palabras de los españoles podemos observar
la descripción que sobre éstos senderos se hizo:
[…]
habiendo considerado la parte más conveniente por donde ha de ser la entrada a
dichas provincias por haberse remitido a su arbitrio ---- y resolvió que la
dicha entrada no sea por el camino ordinario que llaman del Aytá por ser la
parte por donde los indios pueden esperarle embarazando dicha entrada y haber
en dicho camino algunas poblaciones de dichos indios que pueden servir de
embarazo al pronto socorro que se pretende dar a los ochenta hombres sitiados,
y para que se les de con la prontitud que se requiere o ---- haga la dicha
entrada por el camino de Ervitá por ser el más inmediato a dicho sitio a donde
están los dichos ochenta hombres y más breve y sin embarazos de indios ni
necesidad de embarcaciones y por cuanto ha muchos años que no se trajina ordena
y manda salgan tres hombres baquianos y abran el dicho camino hasta el pie del
páramo por ser hasta dicho sitio la parte más serrada y dudosa para seguir el
dicho camino y ser de gran inconveniente el andar dudándolo y extraviándose con
tanto cuerpo de gente y los dichos tres hombres baquianos vayan a la orden de
Pablo Ordóñez soldado de mi compañía los cuales abran luego y déjeles el avío
necesario y póngase razón de su salida […]
Las anterior referencia tomada de los europeos sobre el Camino de aita,
el río taita y los indios taitaes pone en evidencia la existencia en
el territorio del occidente –Antioquia, Chocó y Darién– la difundida voz aita o taita que se preserva
en el idioma de distintos pueblos de América para hacer referencia al padre,
fundador o genitor de una familia o pueblo.
Incluso cruzando el atlántico podemos
observar el uso asiduo de la palabra vasca aita,
la cual presenta un significado idéntico y formas fonéticas cercanas o
relacionables. Esta palabra es empleada en el antiguo y enigmático euskera para
referirse a “padre” o “noble”.
De igual forma, la palabra euskerica aita
nos trasporta al mito de Aitor fundador del pueblo vasco según el
escritor suletino Agustín Chaho (1811 – 1858), en su obra literaria de 1845 llamada
“La leyenda de Aitor”.
Aunque algunos autores afirman que el mito de
Aitor padre de los vascos se produjo
a través de un pequeño descuido en la traducción de la variedad del euskera
suletino que se presenta en Francia a otra empleada en los 7 territorios.
La anterior referencia afirma que Chaho habría
empleado la palabra “aitonen semek” para decir “hijos de buenos padres”; pero
al pasar a otras variedades de euskera fue sustituida la letra “ene” por la
“erre”, quedando “aitoren semek”, que traduce “hijos de Aitor”. De esta manera,
según la leyenda, los siete hijos que tuvo Aitor fueron los creadores de las
siete provincias de Euskal Herria.
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