Irlandeses en Antioquia parte 1 (Los Legionarios)

Modelo Usares (Legiones Extranjeras)

A propósito del interés por investigar la incidencia de los mercenarios extranjeros en la Independencia de Antioquia y de Suramérica, he planeado dedicar varios artículos a la presencia irlandesa en nuestra región, el cual iré completando a medida que la información me lo permita.

  Curiosamente no es muy conocida la presencia irlandesa frente a otros grupos de inmigrantes que vinieron a la región paisa: alemanes, italianos, franceses e ingleses. Esto quizás porque la actual comunidad de este origen se ha creído es, por decirlo de alguna forma, insignificante en su número e impacto. Sin embargo, sirva este grupo de reseñas como homenaje hacia el pueblo irlandés y como un llamado de atención a su presencia y su valor.

   Empecemos reconociendo que los irlandeses no han estado alejados de Europa continental, y en nuestro caso de España, pues al ser un pueblo esencialmente migrante se observa su confluencia en la Península Ibérica en varios periodos históricos. Especialmente llegaron escapando de las persecuciones religiosas que tuvieron lugar en las Islas. De forma que son reconocidos en España familias de este origen como: Butler, Cólogan, Crooke, Cullen, Kábana, Kelly, Kindelán, Lynch, Madan, Meade, Molowny, Murphy, Ferry, White, O´Brian, O´Connor, O'Daly, O´Donnell, O´Donojú, O´Farrill, O´Lawlor, O´Neill, O´Reilly, O'Shanahan, O'Shea, Power, Sall y Valois, entre otros.

Regimiento Hibernia

Se hace a su vez notoria la presencia de otros apellidos irlandeses castellanizados como el de Tobón, muy común en Antioquia, del cual se afirma es de origen irlandés, originario de Devonshire y que originalmente se conocía con el nombre de St. Aubyn. Al pasar a la Península fue tomando distintas grafías como la de Torbyn, Tobyn y finalmente pasó a ser Tobón. Lo mismo se dice del apellido Morán, el cual se cree proviene de un caballero irlandés llamado Patricio Moran Mulay, avecindado en Gandía, Valencia y de allí migrado a América.

   También se piensa que existen muchos otros apellidos con etimologías y origen irlandés, pero que fueron modificados o deformados al pasar a España. Algunos de los cuales son: Adsor (Hadsor), Barri (Bary y O´Bary), Vega (Begg), Burgo (Burke), Cusacque (Cusack), Egano (Egan o Mac Egan), Flemin (Fleming), Geraldino (FitzGerald), Quelio (O´Kelly), Lince (Lynch), Lobo (Woulfe) y Zúñiga (Cunningham).

   De otro lado, se sabe que al menos una de las dos ramas del apellido Blanco, desciende de una familia noble de Irlanda (los White), se establecieron en las Islas Canarias huyendo de su patria tras la caída de los Estuardo y en este traslado cambiaron su apellido por la traducción castellana "Blanco"[1].

   También existen otros casos más de apellidos peninsulares que derivan o tienen un origen irlandés y pese a que estos son de difícil comprobación, se hacen mención en estas líneas por tener una curiosa vinculación. Hablamos de apelativos como Obregón y Duarte, que posiblemente derivan de O´Brian y Dougherty, respectivamente.

   En el poblamiento y colonización del Nuevo Mundo también se observa la presencia de algunos irlandeses migrados entre los siglos XVII y XVIII por ser comerciantes, navegantes, misioneros y pobladores. Se sabe que estas familias se radicaron en puertos  del Circuncaribe como los de Cartagena, La Habana y otros de las costas de Méjico. Eran sujetos que portaban apellidos (algunos castellanizados) como: Darcy, Lince, Furlón, Coppinger, Hayden, Calles, Ologhlin, O'Daly, Galdón, Ofelán, Geynan, Cranesborg, O'Kearney, Roach y Shee.

   Son curiosos los casos de Ruiz y León, dos apellidos netamente castellanos que portaban dos sujetos migrados a Cartagena y Antioquia respectivamente. El primero, Simón Ruiz, se sabe que era marinero, natural de Irlanda, hijo de Nicolás Ruiz y de Leonor Rodríguez y que fue difunto en Cartagena de Indias. El otro, Guillermo de León, se sabe que se estableció en Antioquia y que en su relación de méritos y servicios hecha en 1663 figura como natural de Irlanda desempeñando el oficio de cura de Cáceres y doctrinero de las Pesquerías. En 1803 Juan Agustín Garrido, oficial de contaduría de Medellín, pide permiso para pasar a Indias en compañía de un sujeto llamado Juan Robinson, que figura como nacido en Cádiz. Quizás se trate de uno de los descendientes de irlandeses radicados en este puerto desde el siglo XVI.
  Dejando de lado la historia colonial encontramos que es más numerosa y conocida la presencia de irlandeses en las guerras de Independencia de Suramérica. Los isleños habrían venido como aficionados a la emancipación de estos territorios enrolados principalmente en la Legión Irlandesa, donde se hicieron famosos sujetos como: Casey, Devereux, Egan, Ferguson, Foley, Lanagan, Larkin, McCarthy, Murphy, O’Leary, O’Connell, O’Connor y Sanders, entre otros.

   De igual forma se conoce la existencia de estos mercenarios irlandeses en otros cuerpos de infantería como la Legión Británica, los batallones Albión, Carabobo y Rifles, y algunos regimientos de caballería como Húsares, pero también combatieron de forma dispersa en distintas unidades de los ejércitos bolivarianos.

   En el batallón Rifles, quizás la unidad más destacada por su valor y entrega en las batallas, se sabe que la mayor parte de la oficialidad era de origen irlandés. Entre las decenas de individuos de esta nacionalidad que fueron oficiales del Rifles se destacan: Ferguson, Frin, MacGuire, O'Reilly, Sandes y Trim, entre otros.
   Varios de estos legionarios se quedaron en el país como los casos del coronel James Duncan Baird, nacido en Dublin y migrado a Barranquilla, donde murió en 1870 a la edad de 76 años.

   Por Antioquia no pasaron los grandes contingentes de mercenarios extranjeros, por cuanto la región no fue escenario de las grandes batallas por la Independencia, en las que habrían participado centenares de europeos: británicos, franceses, alemanes, italianos, antillanos, estadounidenses y de otras nacionalidades como polacos y rusos, entre otros[2].

   El único enfrentamiento en suelo antioqueño en el que participaron de forma masiva los mercenarios europeos –nacionalizados como colombianos e integrados en el ejército de veteranos de guerra, que actuó bajo el mando de Urdaneta– ocurrió en 1829, cuando el general antioqueño José María Córdova se reveló contra, según su modo de ver, el tirano Bolívar, quien abolió la constitución de Cúcuta para ejercer una dictadura.

   Ante esta insurrección Bolívar no dispuesto a tolerar disidentes de su proyecto envió al ejército de veteranos, en el que estaban integrados la mayor parte de oficiales extranjeros, que eran los más fieles a Bolívar.

   La división que se dirigió a la población del Santuario, Antioquia, para enfrentar al general Córdova, estaba compuesta por 4 secciones, comandadas por mercenarios europeos, veteranos de las guerras de Independencia: Daniel Carlos Castelli (italiano), Henry Lutzow (alemán), Ricardo Crofton (inglés) y los irlandeses Guillermo Fergusson y Florencio O'Leary.

Daniel O'Leary (Cork, 1801-Bogotá, 1854)

   Fue precisamente un irlandés, O'Leary, quien se encargó de sitiar al general Córdova y su pequeño ejército, siendo uno de sus subalternos, también de origen irlandés, Rupert Hand, quien hirió de muerte al héroe antioqueño.

   Por estas fechas algunos de estos mercenarios que se retiraron de los ejércitos bolivarianos, se establecieron en distintas partes de la Gran Colombia. Es de suponer que la mayor parte de los mercenarios irlandeses, los cuales superaban los 3.000 individuos, regresaron a su patria, murieron en combate o migraron a otros países –principalmente del Caribe y Estados Unidos– pues apenas unos centenares se quedaron en la Gran Colombia en las primeras décadas del siglo XIX.

   

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[1] La otra rama del apellido Blanco es de origen leonés.

[2] Los cálculos más conservadores dicen que los mercenarios extranjeros superaban los 7.000, pero teniendo presentes a estadounidenses, antillanos y sujetos de otras nacionalidades estas cifras podrían ser superadas.

[3] Posiblemente era descendiente del coronel William Ferguson que provenía del Condado de Antrim al noreste de Irlanda del Norte.

[4] Ni siquiera los ejércitos de Rey ni los indígenas que permanecieron fieles a la monarquía liderados por el monárquico Agualongo, ni las guerrillas realistas que se formaron desde Antioquia hasta Popayán, lograron detener los vientos de cambio empujados por el capital británico, únicos vencedores de la revolución por cuanto aprovecharon el vacío que dejo España, extendiendo su poder en el globo a una escala imperial.

[5] También es posible que este apellido viniera en el siglo pasado con las compañías mineras establecidas en el sur y norte de Antioquia.