Una
vez convencido el señor Paterson de las bondades de la tierra antioqueña,
preparó el proyecto de colonización hacía el nuevo mundo, logrando convencer a
varios de sus compatriotas escoceses.
Para
conseguir recursos para su empresa Paterson vendió los encantos geográficos que
tenía esta tierra, además de los inmensos recursos auríferos y naturales que
tenían estas tierras. Así, fundó en Edimburgo la Compañía Escocesa del Darién, logrando
vender acciones de esta compañía en Edimburgo y Londres.
Partieron
el 17 de julio de 1698 del puerto de Leith rumbo a las selvas del Darién alrededor
de mil doscientos escoceses embarcados en dos naves de transporte y tres buques
muy bien armados.
Desembarcaron
a fines de octubre la antigua Ada centenares de colonos con sus pertrechos y provisiones,
le pusieron por nombre bahía de Nueva Edimburgo y a la colonia el de Nueva Caledonia.
Allí,
hicieron alianzas militares y comerciales con los indios cunas, quienes les
prestaron su colaboración para establecerse allí, en este primer enclave, de un
ambicioso plan de colonización escocesa a gran escala.
En
agosto del año siguiente salieron de Escocia dos nuevos buques, con trescientos
hombres con gran cantidad de provisiones y en noviembre llegaron mil doscientos
colonos más en cuatro naves.
La
colonia se mantenía con más de dos mil personas y era abastecida desde las
islas caribeñas como Jamaica y otras. Pero esta colonia estaba en los bordes de
un imperio hostil como el español, que reclamaba la exclusividad del
poblamiento de América por Bula Papal.
Por
este motivo, los españoles enviaron en febrero de 1700 un ejército encabezado
por el gobernador de Cartagena Juan Díaz Pimienta, logrando así someter a los
escoceses y ponerlos en prisión.
El
29 de abril de 1700 el secretario del Consejo de Indias Domingo López de Calo
Mondragón, le escribió una carta a Jerónimo Francisco de Eguía, Marqués de
Narros, quien se desempeñaba como Presidente de la Casa de la Contratación de
Sevilla, pidiendo se le preste asistencia por valor de dos reales a cada uno de
los prisioneros escoceses.[1]
Al
cabo del tiempo los escoceses fueron dejados en libertar y obligados a
dispersarse por el Caribe y Norte América, se cree que quedaron algunos colonos
dispersos que fueron adoptados por los indios Kuna.
Lo
cierto es que de los escoceses nunca se volvió a hablar más, en fechas
posteriores el Golfo de Uraba sufrió distintas expediciones de piratas y
corsarios de distintas nacionalidades, siendo los más renombrados Mainswet, Morgan
y Long. En especial, se recuerda que los franceses en el siglo XVIII lograron
mantener una importante actividad comercial con los indios Kunas. No obstante,
ningún proyecto fue tan osado como el del capitán Paterson de establecer una
colonia tan numerosa en un territorio inexplorado y hostil como lo es la selva
del Darién.
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